Imagina que tienes un mapa, pero no sabes dónde estás. ¿Hacia dónde vas? ¿Qué camino tomas? Sin saber tu punto de partida, es casi imposible llegar a destino.
Con el trabajo pasa lo mismo. Buscar empleo no es solo mandar currículums o presentarse a entrevistas. Si no sabes qué te gusta, qué necesitas y qué puedes ofrecer, es como caminar sin rumbo.
Antes de buscar fuera, mira dentro
Muchas veces empezamos a buscar empleo sin pararnos a pensar en nosotros mismos. Queremos correr cuando aún no sabemos hacia dónde.
La realidad es que conocerte a ti mismo/a es el primer paso para encontrar un trabajo que encaje contigo. Cuando te conoces, puedes:
- Elegir trabajos que realmente van contigo.
- Explicar mejor tus capacidades y tu experiencia en el currículum.
- Hablar con confianza en una entrevista.
- Mostrar lo mejor de ti y decidir si ese trabajo es para ti.
No necesitas ser perfecto. Solo hace falta un poco de tiempo, sinceridad contigo mismo/a y ganas de descubrirte. Cuanto mejor te conozcas, más fácil será encontrar un trabajo que de verdad te haga feliz.
¿Qué significa conocerse?
Conocerse es tener claro:
- Qué sabes hacer bien y qué necesitas mejorar.
- Qué has aprendido en tus estudios y trabajos anteriores.
- Qué te motiva y te da energía.
- Cómo te relacionas con los demás.
- Qué prioridades tienes en tu vida.
- Hacia dónde quieres ir.
Parece mucho, pero todo se resume en una cosa: pararte a escucharte.
Ejemplos reales
David y los trabajos que no le gustaban
David aceptaba cualquier empleo que encontraba: en almacenes, fábricas, tiendas. Siempre acababa dejándolo porque no se sentía bien.
Se hizo dos preguntas: ¿Qué me hace sentir bien en un trabajo? y ¿Qué se me da bien de forma natural? Descubrió que le encantaba arreglar cosas y ayudar a los demás. Se formó como técnico de mantenimiento y empezó en una residencia. Ahora va contento al trabajo porque hace lo que le gusta y lo que se le da bien.
Carmen y la entrevista que no salió bien
Carmen consiguió una entrevista para un trabajo que parecía perfecto. Pero cuando le preguntaron “¿Qué puedes aportar a este puesto?”, se quedó en blanco. Dudó, se puso nerviosa y no la eligieron.
Después decidió prepararse mejor y se hizo estas preguntas: ¿Qué cosas he hecho bien en otros trabajos? y ¿Qué dicen los demás de mí cuando trabajo? Descubrió que es muy buena resolviendo problemas y tratando con el público. En la siguiente entrevista habló con ejemplos concretos y fue seleccionada.
José y la búsqueda sin rumbo
José enviaba muchos currículums cada día. Mandaba a todo lo que veía. Casi nunca le llamaban y, cuando lo hacían, notaba que no era lo que quería.
Un orientador le propuso conocerse mejor antes de seguir buscando. José se preguntó: ¿Qué me gustaría estar haciendo dentro de un año? y ¿Qué tipo de ambiente me hace sentir bien? Se dio cuenta de que prefería trabajos tranquilos, con tareas claras y buen ambiente. Ahora busca empleo en oficinas pequeñas o bibliotecas y ha empezado un curso de archivo. Por primera vez siente que avanza con sentido.
¿Y cómo me conozco mejor?
No se trata de hacer grandes cambios de un día para otro. El secreto es empezar con pequeños pasos:
- Hazte preguntas sencillas sobre ti.
- Escribe lo que te motiva.
- Reconoce tus puntos fuertes.
- Mira tus experiencias pasadas y qué aprendiste en ellas.
En Hazloinclusivo.org hemos preparado una serie de recursos sencillos y prácticos que te ayudarán en este proceso. Descúbrelos aquí: